21 de enero de 2014

Soneto XLVII, William Shakespeare

Mis ojos y mi pecho han concertado
un pacto para mutuo beneficio,
ya unos languidezcan por tu rostro 
o suspiros de amor el otro exhale:

Si mis ojos se hartan de tu imagen,
mi pecho al festín es invitado; 
otras veces mi pecho los recibe
compartiendo amorosos pensamientos.

Tu imagen y tu amor así preservan,
y aunque lejos estés, estás presente,
pues de los pensamientos huir no puedes
y yo con ellos voy, y ellos contigo.

O si duermen, tu imagen en mis
ojos a mi pecho despierta, y ambos 
gozan.

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